Afroargentinas es una obra de teatro documental que pone en el centro una verdad históricamente negada: Argentina también es afro.

Aunque Argentina fue construida con aportes de los afrodescendientes, el racismo -estructural y cotidiano- existe desde los orígenes mismos del país.

Protagonizada por Jesica Salinas Lamadrid, descendiente de personas esclavizadas en territorio argentino, y Florencia Gomes, descendiente de migrantes caboverdeanos, la obra reconstruye sus historias familiares para revelar cómo la Argentina oficial borró, diluyó o distorsionó la presencia afro. 

Desde la reproducción forzada en la esclavitud colonial hasta las estrategias de “blanqueamiento” en documentos y censos, el relato expone un proceso de silenciamiento sistemático.

En escena, ambas intérpretes trabajan con materiales íntimos -fotos, objetos, audios y testimonios- que se van sumando como capas de memoria. 

El resultado es un viaje emocional con relatos a veces muy crudos en primera persona donde el público ríe, se incomoda, se conmueve o reconoce fragmentos de su propia historia. 

Esos relatos muestran hechos del interior de las comunidades afroargentina que no se pueden encontrar en investigaciones académicas o libros de historia: cómo la familias crían a sus hijos con noción de tribu, el respeto a los mayores de la comunidad, la tradición de los tambores en fiestas, cumpleaños y día de la madre, el recuerdo de los carnavales en la Casa Suiza, los gestos racistas que nunca hay que dejar pasar.

Muchas personas afrodescendientes encuentran en la obra una representación largamente necesaria; otras descubren por primera vez la profundidad del racismo cotidiano en gestos aparentemente inocentes como preguntar “¿de dónde sos?” o tocar el pelo sin permiso.

La propuesta también funciona como puente entre distintas identidades afroargentinas, mostrando que no existe una única forma de ser afro en el país. Caboverdeanos, afrocriollos, comunidades migrantes recientes y descendientes de pueblos originarios comparten experiencias marcadas por un mismo entramado racializado.

Reportaje a Jesica Salinas Lamadrid, una de las protagonistas y co-autora de la obra

¿Cómo te definís teniendo en cuenta tu activismo y tu rol en la obra?

Me gusta el término “artivista” creado por Susy Shock, porque no estoy en teatro porque haya estudiado actuación. Estoy utilizando el lenguaje teatral como una herramienta artística para seguir haciendo antirracismo y mostrar  mi propuesta política.

Como activista busco tener una mirada deconolonial y salirme de las etiquetas y de las normas impuestas, esas normas que vienen desde la esclavitud y del mismo capitalismo que habilitó la esclavitud .

Por eso me identifico como negra. No me veo a mi misma ni como hétero, ni monógama, ni mujer. Mi decisión de pararme en el mundo como negra es posible gracias a un montón de ancestros y ancestras, ellxs me hacen sentir orgullosa de hacer algo para las generaciones posteriores, alivianar su camino. 

¿Qué te deja de positivo esta obra?

Primero haber creado este grupo afrocentrado de creación artística, donde gran parte del equipo pertenece a la comunidad afro. Por otro lado, hemos recibido comentarios hermosos, firmado autógrafos en colegios, y tenido encuentros con turistas y personas extranjeras.

Nos pasó que una nenita lloraba y se quería sacar fotos con nosotras porque veía que las actrices se parecían a ella, ese orgullo de identifcarse con otras personas afro era algo que en otro momento no pasaba. También terminamos consiguiendo la financiación de un documental, que se estrenará dentro de poco. Creemos que hay una necesidad en la sociedad de hablar de estos temas. 

En la obra se nombra y aparece la imagen de María Remedios del Valle ¿qué significa ella para vos? 

María Remedios del Valle es el hito que marca lo difícil que es ser negro en Argentina. No me parece que exista un ser humano que haya hecho más contra todas las normas y a favor de la patria que ella. Es increíble que así y todo no fuera reconocida sino hasta hace muy poco tiempo.

Tu familia es creadora de una de las agrupaciones más importantes de afrodescendientes, Misibamba, ¿cómo fue que surgió? 

Misibamba la creamos en 2008 con mis tíos, y antes de Misibamba hubo una agrupación anterior “Africa Vive”. Tenemos registro de unas siete generaciones como familia afroargentina del tronco colonial. El documento familiar más antiguo que tenemos es de 1806.

Tal como mostramos en la obra, la familia pasó de un “criadero de esclavos” de Tucumán (posiblemente siendo esclavos de la familia Aráoz de Lamadrid) al barrio porteño de Monserrat (a pocas cuadras de la Casa Rosada en la calle Chacabuco al 300), luego a Villa Soldati y después a la Matanza, donde me crié.

¿Cuáles son los principales desafíos de la militancia y el activismo de las comunidades afrodescendientes en este momento?

Yo creo que se ha avanzado mucho, sobre todo con la ley del 8 de noviembre. Ahora las agrupaciones están más cercanas y unidas, sobre todo en esta situación política adversa, en la que -por ejemplo- desapareció el INADI.

A pesar de los avances todavía falta un reconocimiento y una escucha del estado, ya que muchas veces se accionan políticas sin oír la voz de las comunidades

En cuanto a lo concreto, tengo un sueño y es que es que el 8 de noviembre sea una efemérides escolar, que ese día en las escuelas se tenga que hablar de la cultura afro, de la historia de los afrodescendientes. La ley está, el marco está, solo falta avanzar para lograrlo. 


Equipo artístico de «Afroargentinas»

Adaptación: Ivanna Smolar
Actúan: Florencia Gomes, Jesica Salinas Lamadrid
Diseño de luces: Machi
Operación técnica: Lina Lasso, Naiara Roque Ferreira
Dirección: Lina Lasso

Instagram de la obra:
https://www.instagram.com/afroargentinas.laobra

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