María Elena Lamadrid (Buenos Aires, 1934) es una de las grandes referentes del movimiento afroargentino. Activista, gestora cultural, cantora y fundadora de la Asociación Misibamba – Comunidad Afroargentina de Buenos Aires, Lamadrid dedicó su vida a visibilizar la presencia negra en la historia y la cultura nacional, esa parte de la identidad argentina que fue marginada durante décadas.
Herencia del “tronco colonial”
Descendiente directa de las familias afroporteñas que habitaron los barrios del sur de la ciudad —Monserrat, San Telmo, La Concepción y Santa Lucía—, Lamadrid se reconoce como parte del “tronco colonial”, es decir, de las comunidades afrodescendientes cuyos antepasados llegaron esclavizados al Río de la Plata.
Su identidad constituye la base de su militancia: rescatar las voces silenciadas y devolverles su lugar en la narrativa nacional.
Activismo, cultura y memoria
Con la creación de Misibamba en 2008, María Elena y su familia impulsaron una agenda que une cultura, memoria y derechos humanos. A través de talleres, encuentros comunitarios, celebraciones y proyectos educativos, la organización contribuyó a recuperar el candombe afroporteño, las festividades de San Baltasar y las tradiciones familiares transmitidas de generación en generación.
También fue una figura clave en el Censo Nacional 2010, que por primera vez en más de un siglo incluyó una pregunta sobre la afrodescendencia, permitiendo que miles de personas en todo el país se reconocieran como afroargentinas.
Afroargentina: cuando la historia se convierte en canto
En 2025, con más de 90 años, María Elena Lamadrid presentó su disco Afroargentina, un trabajo que reúne tangos, rumbas, boleros y candombes afroporteños de tradición oral.
El álbum es el resultado de toda una vida dedicada a sostener y transmitir la memoria afroargentina, y al mismo tiempo una celebración de la continuidad cultural de su comunidad.
“Yo nunca canté, siempre bailé —dijo en una entrevista—, pero grabando Afroargentina pasé el mejor momento de mi vida.”
En el disco, su voz y sus tambores recuperan la cadencia ancestral del candombe afroporteño, con ese pulso más pausado, cantado y dialogado que alguna vez sonó en los patios y Casas de Nación de Buenos Aires.
🌍 Un legado que sigue resonando
Hoy, María Elena Lamadrid sigue siendo una presencia luminosa en la cultura afroporteña: artífice y testimonio vivo de una historia que se rehace. Su vida demuestra que los tambores, el canto y la memoria son parte esencial de lo que Argentina es —y fue—.
Reconocerla es reconocer que Buenos Aires también es negra, mestiza y diversa. Su obra y su ejemplo invitan a escuchar los sonidos que durante tanto tiempo fueron acallados.





