Mucho antes de que el tango conquistara el Río de la Plata, los barrios del sur de Buenos Aires —Monserrat, San Telmo, La Concepción y Santa Lucía— ya vibraban con los tambores del candombe afroporteño.

Traído por los hombres y mujeres africanos esclavizados desde el siglo XVI, este ritmo fue una de las primeras expresiones culturales urbanas de la ciudad y una de las raíces más profundas de la identidad porteña.

Música, fe y pertenencia

El candombe nació como una forma de comunión y resistencia. En las Casas de Nación y cofradías religiosas, los afroporteños se organizaban según su origen —Congo, Angola, Mina— y bailaban al ritmo de tambores probablemente de raíz bantú, en ceremonias dedicadas a San Benito o San Baltasar.
Era una práctica espiritual, pero también un modo de afirmar la existencia negra en una ciudad que intentó negarla.

Una historia interrumpida y silenciada

Con la caída de Rosas y el auge del proyecto “europeo” de la Generación del 80, Buenos Aires renegó de sus raíces africanas.

El Estado dejó de registrar a la población afro, el carnaval fue blanqueado y el candombe fue expulsado de las calles. Pero, como señaló el investigador Norberto Pablo Cirio, no desapareció: fue hecho desaparecer.

Los afroporteños siguieron tocando “a puertas cerradas” en clubes y casas familiares como la Casa Suiza o el Shimmy Club, manteniendo viva la memoria de los tambores.


Si bien en los últimos años hubo un resurgimiento del candombe en las calles de Buenos Aires, éste es del tipo uruguayo y no porteño.

Estas son algunas de sus diferencias:

Candombe uruguayo: 

  • Fue reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad.
  • No es cantado, solo instrumental.
  • Se toca con tres tambores: chico, repique y piano.
  • Los tambores se tensan con fuego.
  • Se toca con palo y manos.
  • Se toca de pie y caminando.
  • Es el más difundido actualmente en Buenos Aires, con talleres, clases y «llamadas» varias veces por año sobre todo en el barrio de San Telmo.

Candombe afroporteño:

  • Se toca sentado.
  • Se mantuvo siempre puertas adentro.
  • Es cantado.
  • Sus cantos están en castellano y en lenguas africanas, de las que derivó mucho de nuestro lunfardo.
  • Los tambores son distintos, se templan con fuego pero también de otras maneras. Básicamente son dos tambores: uno denominado llamador o tumba o base y otro conocido como respondedor o repiqueteador. También se utilizan otros instrumentos como bongó, claves, quijada, Mazacayón, todos explicados en el video que acompaña este artículo)
  • Se toca solo con las manos, por eso el volumen es menor, lo que permite cantar
  • Fue resguardado «puertas adentro» por familias como Lamadrid en distintos puntos del gran Buenos Aires.

Un patrimonio que, pese a todo, no será olvidado

Reconocer al candombe porteño es restituir la parte negada de nuestra historia. Es comprender que el pulso de Buenos Aires —el del tango, la milonga, la payada— nació del mismo tambor que hoy sigue marcando el compás de la memoria afroargentina.


Fuentes:
https://www.cultura.gob.ar/cual-es-el-origen-del-candombe-y-de-los-afroargentinos_4989/
«La desaparición del candombe argentino: los muertos que vos
matáis gozan de buena salud» Norberto Pablo Cirio
«Breves apuntes sobre el Candombe en Argentina», Gisele Kleidermacher.
«Música afroporteña: Compartiendo nuestro candombe» Norberto Pablo Cirio

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